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Rosa Oviedo

Por Rosa Oviedo

 Profesora de lengua y literatura. Crítica literaria. (UBA)

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Les propongo la lectura de la Primera Antología de un espacio cultural: “El Galpón de Tapiales”

 
Les propongo la lectura de la Primera Antología de un espacio cultural: “El Galpón de Tapiales”

30.09.2019 14:46 |  Oviedo Rosa | 

 Tapa.   Título.   ¿Qué se conjuga en el Galpón?  ¿Cuál es la Estética del Galpón?   ¿Cuál es el resultado de esta Antología?
Los participantes y su poética.
Breve comentario de cada poema.
 
Entre diferentes matices de grises nos encontramos con el Título “Galpoemando”.
 
En el centro diferentes símbolos, posibles recursos literarios que aparecerán en la “Antología”: una pluma atravesando un corazón, una hoja a modo de pergamino, un tintero salpicando fervorosamente para dar pie a la escritura. Una imagen como fondo entre cielo, tierra y mar. Formas y contornos conjugando versos.
Finalmente destacado el año de ésta, su primera antología 2018.
 
El “Título” es un juego de letras; con una mirada rápida podemos leer “Galponeando”, con una lectura atenta leemos “Galpoemando”, podríamos interpretar: un guardar, un fluir, acumular en este caso poesía guardada para otro/a.
 
En el Galpón se “conjugan” diferentes experiencias culturales, distintas propuestas artísticas  invitando a transitar un camino para dejar una huella, para servir como puente generacional y principalmente para conocer a ese otro/a que llevamos dentro y se nos escapa para identificarnos.
La “Estética” del Galpón es especial: divisiones y rincones inesperados con objetos de diferente índole. Luz suave esparcida por una pequeña lámpara que invita subir al también pequeño escenario con una diminuta mesa cubierta por una tela bordada. Paredes con imágenes de los y las nuestros/as comprometidos/as con la historia cultural. 
Mesas y sillas improvisadas donde nos agrupamos para descubrir un mundo nuevo en cada encuentro entre poesía, música y plástica El infaltable atril para el artista plástico/a. Sin olvidar el tono culinario en el fondo con un aroma cautivante.
 
El “Resultado” de esta Antología sin duda es cada escritor/a y su temática.
Para terminar, un breve y atrevido comentario, será mi aporte.
Encabezan la Antología a modo de prólogo: Nora Coria y Elizabeth Molver escribiendo sus sentimientos y deseos. Son escritoras, Profesora de Lengua y Literatura y Maestra Especial respectivamente y coordinan talleres literarios. Asiduas invitadas para la lectura o para escuchar, (un gran lujo que posee este espacio cultural).
 
Participantes y su poética.       (breve comentario)
 
“Chacana de viento” – Emiliano Aci.
El yo poético personifica al viento. A través de los sentidos, en un espacio abierto cargado de imágenes, nos presenta sus interrogantes y nos va dando sus íntimas respuestas. El personaje es ese viento que está en todos y se convierte en todos.
 
“Verdad” – Christian Malattia.
El título es el tema del poema, pero se convierte en duda cuando cree en la presencia de la sombra que a su vez nos transforma en impensantes. Es una especie de autocrítica poética con un dejo filosófico.
 
“Enigma” - Romina Álvarez.
El yo poético nos invita a descubrir y desentrañar una singular relación amorosa con el recurso del título como indicio.
 
“Niñez” – Teresa Vilas.
Poema social, la niñez para este yo lírico es la  felicidad producto de la equidad social. El espacio es el barrio el cual une, fortalece, solidariza. Solamente esa imagen suple más palabras.
 
“Espejos de mis penas” – Daniel Álvarez Coppola.
Daniel en un espacio conocido o aparentemente conocido, se reconoce,  se refleja en el dolor y reconoce al otro. La mirada es la herramienta fundamental para transitar ese barrio en el regreso.
 
“Rancho” – Christian Aguilera.      (Este poema es mi elegido)
El espacio es el núcleo, es el personaje protagonista principal del poema. Espacio cerrado personificado que arenga paradogicamente, una ideología política poniendo sobre el tapete que ese rancho es  distinto, descubre la marca en el orillo del individuo.
 
“Mirá que es probable…”- María Laura Burattini.
Nos presenta dos mundos con una explícita advertencia en una apariencia a modo de denuncia. Está en el lector reconocer el mundo.
 
“Espero” – Martín Pérez.
La propuesta de Martín es esperar para impedir la soledad; para describir, para sentir, para compararse con las vidas, para acortar distancias. 
 
“Zulema”- Mariel Edith Chaves.  (Segunda Mención de Honor del Concurso)
Mariel recurre a palabras simples: ausencia, recuerdo, vacío para que entremos fácilmente a una ubicuidad espacio-temporal explícita y así descubrir a Zulema (su personaje). Todo en esa simplicidad íntima es una inmensa profundidad poética a través del arte.
 
“Recuerdo de amores desbordados” – Karina Elsa Vidal.
Hay un desborde en el pasado de esta voz poética, con todos los sentidos a flor de piel. Deseo imperativo, superador, incontrolable. Intertextualidad que se mezcla dando pie al recuerdo.
“Silencio” – Ángel Gabriel Crespo.    (Primer Premio del concurso).
Silencio es la palabra llave que abre el poema, que confluirá con la culpa, con la verdad. Todo sugerencia, todo a interpretar, donde el tiempo se transforma en el único testigo.
 
“Lloraba la triste Luna” – Ariel Zerda.
Mediante un recurso literario, la anáfora, al comienzo de cada estrofa y la personificación del personaje ( Luna ), nos convertimos en acompañantes testigos del dolor de una pérdida.
 
“Los Chicos” – Marta Susana de Iraola.    (Segundo premio del Concurso).
Yo poético en la noche de una realidad tangible, a modo de denuncia, recuerdo silencioso con un dejo de premonición.
 
“Teatro” Joé J. Viegas Palermo.
Voz poética consonántica de un teatro de vida, la expone, la vida pide no ser abandonada, pide la permanencia de la ilusión, de la pasión, sin lograrlo.
 
“Poema a mi Karma” – María José Díaz.
Invitación a descubrir miserias, yo poético dueño de la palabra, palabra que alivia al pronunciarse. Alivio en cada verso al expresar sus vivencias.
 
“Puerto Disfonía” – Ricardo Díaz Montarte.               ( Tercer Premio del Concurso)
Un larga misión se propone este yo lírico, misión para que otro respire, para que ese otro simplemente viva sin piedras en el camino. El objetivo es demostrar que otra vida es posible en un espacio tan imaginario como real. Interrogando a ese otro “… ¿Te das cuenta, hermano…
 
“Artífice del viento” – Patricia Suñer.
En  la poesía de Patricia hay una expresión de deseo, deseo vivo cargado de imágenes. Utiliza la forma pronominal incluyente, el nosotros,  para que su lenguaje poético se deslice taxativamente, sin rodeos.
 
“Ella es genial”  - Nahir Salomé Jaime.
Se puede ser dos, pensar, sentir, imaginar, vivir para sí y para otro afirma Nahir, pero cuidado, no olvidemos marcar las diferencias, no olvidemos tener la claridad de la libertad.
 
“A una amiga que perdí” – Yamila Hamad Súcari.
Poner en palabras el dolor. Conformar en versos recuerdos cargados de emociones. Saber que esa amiga ya no está  y a través de una poesía descubrir un cable a tierra, tener la capacidad de reconocer que la voz es el primer sentido que se va olvidando.
 
“Hubiera querido” – Silvia Elena Leggieri.  (Primera Mención de Honor del Concurso).
 
Algo diferente en lo que se refiere a gramática, utilizar el modo subjuntivo para sugerirnos una necesidad, ser poeta, porque la poesía transmitiría diferente las sensaciones íntimas, profundas y liberadoras. Se explicita en verso, se sugiere en verbo.
 
“Transpiro lágrimas” – Sergio Andrés Socolovsky.
Para esta voz poética la ausencia es el núcleo, es el hilo conductor de ese su todo espacial y temporal en gris, atrapado en recuerdos, nostalgias, sin fragancias.
 
“Para no olvidarte… A vos Salomé”  - Rosa María Merlo.
Expresar a través de un elemento: un estandarte, la memoria moviliza, ponerle el cuerpo a las palabras. Necesidad propia y transmitida para la transformación, para que retumbe la libertad. Tener historia como forma de vida, para tener futuro sin miedo.
 
“Monstruos “  - Esmeralda Scavuzzo.
Poema extenso, reconociéndose en su crecimiento personal, mezcla de cierto humor. Demostrar que tenemos monstruos internos que anidan y fueron descubiertos desde el título. Firme en sus palabras, se puede crecer con convicciones y gritar las libertades aprendidas.
 
“La eterna agonía del después”- Norma Minniti .
El sentimiento reparador de la voz poética se define en veinticuatro versos que desfilan agónicamente entre la eternidad y el después. Como en un tiempo detenido conocemos a esa niña en una descripción minuciosa sin lograr su cometido.
 
“Obra” – Adela Margarita Salas.
En una descripción personal, dueña absoluta de sus vivencias aflora la necesidad de contar para vivir, vivir en reflexión, vivir en decires.
 
“El sistema de los muertos” – Joan David Neinadel.
Con una estructura de soneto sin la rigidez silábica, Joan nos dice filosóficamente su mirada de los muertos. La poesía es el medio para explicar, comparar, interpretar ese otro mundo.
 
“Mujeres”- Marta Saladín.
Las mujeres de Marta están activas, reviven siempre, son las mujeres productoras y proveedoras, son las que rompen las pautas establecidas por el patriarcado.
 
“Mirando con otro cristal” – María Gloria Pérez.
Estamos, en este poema, entre la deconstrucción y la reconstrucción social, todo depende de la mirada y la elección de vida de cada individuo.
 
“Panaderos” –Julián Alan Sabbatella.
Poema brevísimo, en esa brevedad está la riqueza del interrogante profundo de la existencia.
Diferentes temáticas o diferentes abordajes de igual temática. Sentimientos múltiples. Lecturas y  miradas de la realidad de vida.
 
Adelante, poesía. Gracias “Galpón”.
 

 

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